sábado, 12 de febrero de 2011

La verdad nos hace libres


Esta semana en general ha sido bastante extraña... desde reconocer que después de mucho tiempo siento interés por alguien, hasta la muerte inesperada de una persona cercana... en fin, una semana muy emocional... que terminó con otro desahogo muy grande, que me hace estar mucho más tranquila y en paz conmigo misma.

Siempre he hecho todo lo posible por ir con la verdad por delante... salvo por algunas mentirillas piadosas de esas que todos decimos de vez en cuando. Pero lo que estaba pasando era que inconscientemente me estaba metiendo en un gran lío que finalmente hoy logré confesar... es inimaginable el peso que me saqué de encima!

Y es que sí, inconscientemente mordí la mano que me daba de comer... y me sentía pésimo por eso. A la empresa donde trabajo actualmente llegué por medio de otro empleador, "subcontratada" (lo dejo entre comillas porque nunca firmé un contrato realmente). Sin embargo, hace unos meses, una discusión entre mi empleador y la empresa me dejó en una encrucijada... en la empresa me dijeron que ya no querían trabajar más con mi empleador a causa del problema que generó la discusión (que sí, fue una falta profesional gravísima de parte de ellos, hasta un niño se daba cuenta de eso)... y de paso, me dijeron que no querían perderme porque era buena en lo que hacía y me hicieron una oferta directa, a escondidas de mi empleador original. El compromiso era que eso sólo lo sabríamos los directos involucrados, para no perjudicar tampoco mi relación con el empleador.

Por supuesto, hasta el día de hoy me siento pésimo por haber aceptado y haber traicionado a mi empleador... pero por otra parte, siento que hice lo correcto... y no sólo en términos monetarios (mis ingresos se duplicaron), sino también en términos laborales... mi empleador no me ha vuelto a llamar para prestar servicios, sin embargo en la empresa me tienen muy bien considerada, porque conozco en términos generales el funcionamiento de todo, y me han dado bastante trabajo.

Pero dónde está el problema entonces? Resulta que a pesar de los problemas, le pidieron a mi empleador que enviara a otra persona subcontratada porque no tuvieron más opción. Y si bien, dentro del equipo de trabajo teníamos muy bien guardado "mi secreto", esa persona subcontratada no sabía lo que había pasado... y perfectamente podría haber mencionado mi nombre a mi empleador y haber dejado la grande. Sin embargo, eso no era lo que más me dolía... lo que más me dolía era que estaba empezando a hacer amistad con esa persona y odiaba tener que mentirle...

Después de dos semanas, por fin pude encontrar el momento para contarle la verdad de todo... para mi sorpresa, entendió totalmente mi perspectiva y me apoyó, diciéndome que ella habría hecho lo mismo en mi lugar y que no me preocupara, que ella no abriría la boca para hablar de mí. No imaginan el alivio que sentí! Creo que tenía mucho en juego... o contaba la verdad y perdía a una potencial amiga por haber ocultado información... o lograba tener su apoyo... agradezco que haya ocurrido lo último...

Sigo sin arrepentirme de la decisión que tomé, creo que fue lo mejor... si no hubiera aceptado la propuesta, probablemente estaría cesante en este momento. Finalmente fui yo la que en el momento crítico estuvo entre la espada y la pared, me costó mucho tomar la decisión y tuve que consultarlo con muchas personas para poder decidirme (incluso mis padres), porque nunca fue mi intención pasar a llevar a nadie. Ahora... sí, me siento con algo de cargo de conciencia por haber traicionado a quien finalmente me consiguió el empleo... pero por otra parte me siento tranquila porque ya no tengo que ocultarle nada a nadie que realmente me importe... y es que sí... parece que definitivamente, la verdad nos hace libres... :)

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