lunes, 31 de enero de 2011

Maldita dieta, maldita ansiedad!!


Siempre he tenido sobrepeso... siempre fui "la gordita" de la clase. A diferencia de muchas personas, nunca me sentí realmente discriminada por mis pares... nunca tuve sobrenombres (al menos no que yo supiera) e incluso tenía mejor resistencia en las clases de gimnasia que muchas de mis compañeras que parecían unas reales Barbie. Hacía deportes e incluso disputaba campeonatos nacionales, ya que por genética, tengo facilidad de aprender deportes rápidamente. A pesar de eso, siempre he sido gorda porque no puedo evitar comer sin parar todo el día... es una especie de adicción.

Pero llegó el momento en el que dije "basta". Entre otras cosas, la relación de casi 3 años con mi ex me dejó con 20 kilos más agregados al sobrepeso que ya tenía de antes... hasta subir las escaleras me costaba... siempre había tenido sobrepeso, pero nunca había sido médicamente obesa. Comencé a tratarme con un médico, a hacer ejercicio y a no privarme de nada... las dietas milagrosas, simplemente no van conmigo.

De eso han pasado casi 7 meses y ya van 12 kilos menos. Me quedan entre 15 y 20 kilos más por perder. En este momento me encuentro con muchísimos deseos de seguir, pero con una fuerza de voluntad que está por los suelos. Los demás problemas en mi vida (principalmente los económicos) me tienen bajo una ansiedad constante, donde me como todo lo que encuentre a mi paso (son cosas de dieta, pero me las como en cantidades enormes! así que realmente no sirven de nada).

Simplemente, a veces la situación me supera. Siento que no tengo autoestima para continuar. Siento miedo de algo que es desconocido para mí... nunca he sido delgada, y me da muchísimo miedo llegar a serlo algún día... dónde voy a ocultar mis inseguridades?? me reconoceré cuando me vea al espejo?? A veces siento que si pierdo peso, no sólo se irá la grasa adicional que tenga, sino que también perderé una parte de mi identidad. En ocasiones me miro al espejo y me digo "a quién quieres engañar? naciste gorda y morirás gorda... tu destino es ser así". Cuando las personas me dicen "qué delgada estás!", en vez de alegrarme por un cumplido, siento vergüenza de que estén hablando de mí... en vez de provocar un efecto positivo, me ocurre que me dan deseos enormes de ir al refrigerador y vaciarlo para engordar y que no me vuelvan a decir esas cosas.

Por algún motivo, no logro sentirme orgullosa de mí misma... no entiendo mis conductas, pero pienso que puede deberse a que no estoy acostumbrada a recibir cumplidos... sé que debo seguir, es probable que deba repasar mis reales motivaciones para perder peso... porque en este momento siento que debo hacerlo, pero no encuentro razones "de peso" (valga la redundancia, jajaja) para hacerlo... médicamente, me importo tan poco que no me importa mi salud... estéticamente, no me gusta llamar la atención, y con estos kilos paso bastante desapercibida...

Más que una meta... qué gran sueño sería poder terminar este 2011 con mi peso ideal por primera vez!!



PD: Este post está dedicado a todas las bellísimas personas que he conocido en Foro Adelgazar. Todas sabemos lo realmente difícil y tortuoso que es este camino... como en toda adicción, ésta es una gran guerra en la que deberemos pelear para toda la vida... y créanme que con su apoyo esta gran guerra se convierte en una pequeña batalla... son maravillosas!





viernes, 28 de enero de 2011

Inaugurando MI 2011...


Lo sé, lo sé... el año empezó hace ya casi un mes. Pero mi año "productivo" acaba de comenzar. Ayer finalmente regresé a casa. Fue una sensación extraña, pero me sentí bien, creo que necesitaba estar sola en mi propio espacio y retomar mi vida un poco más normal.

Hoy ya comencé a trabajar. Y es increíble lo feliz que me siento. En general realizo trabajos de forma independiente, después de la desastroza experiencia laboral que tuve hace un tiempo y que comenté en mi post anterior, me prometí varias cosas, entre ellas, que jamás volvería a trabajar en una oficina con un jefe que me hiciera la vida imposible.

Pero de repente las cosas cambiaron. A fines del año pasado, me ofrecieron una oportunidad para trabajar en una empresa internacional por un mes. Supongo que mi desempeño fue bastante bueno, ya que me ofrecieron seguir por un segundo mes... y ahora, hace un par de semanas se comunicaron para preguntarme si podía trabajar con ellos durante febrero. Así que aquí estoy, sentada en la oficina nuevamente.

Me agrada estar aquí. Estoy viviendo la otra cara de la moneda. Nadie te controla, nadie se preocupa de lo que haces, confían plenamente en tu trabajo. La gente te saluda cuando te ve, aunque no te conozca y el ambiente en general es exquisito. Me encantó ver al equipo con el que trabajo, me di cuenta de que los extrañaba, son gente con la que nos reímos muchísimo todo el día y con la que logramos trabajar muy bien. Me hace confiar en lo buena que puedo llegar a ser profesionalmente, al punto de que en algún momento me hablaron de una posibilidad muy remota de tener que viajar fuera del país (algo que probablemente no se dará y no por pesimismo, sino por ser realista y darme cuenta de que es un gasto innecesario para la empresa).

Mi trabajo es difícil. En Chile no existe una cultura de utilizar nuestros servicios profesionales, por lo que constantemente debemos nadar contra la corriente. De hecho, de mis compañeros de universidad, me atrevería a decir que somos menos de 10 los que estamos ejerciendo, de los más de 50 que egresamos. Y sinceramente, yo estaba preparada para lo peor... creo que fue precisamente eso lo que ha hecho que la vida me sorprenda gratamente en términos laborales... como he dicho antes, no me gusta lo que hago, pero al menos tengo la conformidad de que los 5 años que pasé en la universidad no fueron en vano... jamás he pasado mucho tiempo sin trabajar, creo lo máximo han sido 2 semanas.

Y ahí es donde cometo otro gran error... no sé decir NO. Siempre estoy disponible para trabajar y termino más agotada de la cuenta. A veces me doy maratones de 28 horas seguidas, con breves descansos de la vista, con duchas para relajarme un poco, y con grandes cantidades de café. Mi trabajo me absorbe por completo y después pasar un par de días sin hacer nada, comienzo a preocuparme porque no tendré dinero a fin de mes. No tengo fines de semanas ni festivos y sí, debo decir también que lo uso como excusa para tener menos vida social porque de un tiempo a esta parte he comenzado a aislarme lentamente de las personas por decisión propia.

Quiero proponerme este año una mejor organización y sí, USAR LA AGENDA QUE ME REGALAN TODOS LOS AÑOS Y QUE JAMÁS USO. Nunca he necesitado de agendas porque suelo recordar todo lo que tengo que hacer (mi memoria es mi mejor agenda! sin duda!), pero esta vez la usaré para organizar todo por horarios. Quiero tener tiempo para trabajar y tiempo para mí. Quiero tener tiempos de productividad y tiempos de pereza. Quiero tener tiempo para poder ir al gimnasio al menos 3 veces a la semana. Quiero mejorar mis horarios de dormir. En fin, quiero dejar de ser esclava de mi misma :)

miércoles, 26 de enero de 2011

El balance no esperado de mis vacaciones


Sé que la envidia no es buena. Sin embargo, en este caso no puedo evitarlo. Se supone que la familia debe ser el soporte cuando uno tiene problemas, pero ahora veo que simplemente, no puedo contar con mi familia cuando realmente los necesito. Me dí cuenta de eso hace algunos meses, pero supongo que en el fondo uno siempre guarda una pequeña ilusión de que las cosas cambiarán en algún momento.

Mi familia es muy especial. Es de esas que actúa casi como clan, donde los fines de semana ves a los abuelos, primos, sobrinos y demases compartiendo la mesa del almuerzo. Con el ritmo de la vida actual, creo que somos pocos los afortunados que podemos decir que tenemos esa clase de oportunidades con nuestros seres queridos. Es un poco como esa canción de Pimpinela (viejazo! jajaja), la de la familia.

Sin embargo, debo decir que los últimos meses me he sentido desilusionada hasta el punto de empezar a sentirme excluída. Una de mis primas atraviesa por un mal momento en su matrimonio, y tanto ella como él están enfrentando una depresión (aunque ella está recién en etapa inicial, él está muchísimo peor que ella). En este momento ellos están dándose un tiempo como pareja, pero no por falta de amor, sino porque realmente no son capaces de apoyarse el uno al otro y sintieron que debían recuperarse solos para después recomenzar... en definitiva, ninguno de los dos tiene fuerzas. Por supuesto, toda mi familia la apoya a ella. Todos se ofrecen para cuidar a sus hijos, mi madre corre a la casa de ella cada vez que mi prima quiere conversar con alguien, así sean las 12 de la noche, todos insisten en que tiene que darse un tiempo "para ella", y todos se comprometieron a ayudarla con lo que ella necesite en la terapia psicológica. Hasta ahí todo bien. Creo que es el apoyo que una familia "aclanada" (y cualquier familia) debe dar. Pero por qué podría esa situación provocarme envidia?

En 2007 entré a trabajar a una pequeña empresa. No ganaba mucho, pero acepté el empleo porque a cambio me proporcionaría experiencia laboral. Todo iba bien, hasta que empecé a sufrir de mobbing. Pero no tenía mayor opción. Las oportunidades laborales eran muy escasas (y cuando las había, ganaba muchísimo menos dinero de lo poco que ya ganaba, a veces menos de la mitad de lo que ganaba en ese entonces) y no podía irme de ahí sin algo seguro, porque debía pagar el arriendo, comer... en fin, vivir. A eso debía sumar que mi familia no estaba conmigo y que sólo los veía 1 semana al año (porque ni siquiera me daban las vacaciones y nadie se atrevía a denunciar nada).

Por supuesto, en 2009 ya no lo soporté más. Fui al médico para ver si lograba conseguir alguna licencia médica por agotamiento, realmente necesitaba descansar. El diagnóstico? Depresión. Debía comenzar el tratamiento en ese mismo momento. Muchos medicamentos, un par de semanas de descanso y terapia. Mi familia? Brilló por su ausencia. Pienso que mis padres en el fondo nunca me creyeron... la única palabra de "apoyo" que escuché en ese momento fue "bueno, tienes que salir adelante, cómo no vas a ser capaz de hacer eso!". Nunca me preguntaron por qué podría haber caído en eso, nunca creyeron en los malos tratos que recibía en mi trabajo (me humillaron tratándome de tonta, sucia, mala profesional... a veces en privado y a veces en público... todos los días era algo distinto), nunca me dijeron "hija, aquí estamos si nos necesitas"... en fin, para ellos lo que pasé nunca fue real. Después de unos meses, lamentablemente debí abandonar el tratamiento por el alto costo que implicaba, gastaba la mitad de mi sueldo entre psiquiatra, psicólogo y medicamentos... y aunque sabía que no era bueno hacer eso, no tenía mucha opción, porque ya me estaba llenando de deudas... intenté pedir ayuda a mis padres y nunca tuve una respuesta. Eso me hizo pensar aun más en que nunca realmente les importó.

El año pasado tuve un episodio similar. Debí pasar muchas cosas fuertes emocionalmente y dado que me ha sido imposible poder retomar la terapia (tengo mi seguro de salud bloqueado, no tengo dinero para pagarlo), quería contar con mis padres esta vez, sentirme acompañada. Pensé que eso en algo podría ayudar. Por eso tomé la decisión de venirme a casa por casi dos meses.

Ya mañana me marcho, tengo mis maletas listas... pero siento que me marcho sin esa carga de apoyo que necesitaba... una vez más, cuando intenté pedir apoyo a mis padres, decir que realmente quería retomar la terapia porque no me sentía bien pero no tengo el dinero para hacerlo, y que mientras tanto sólo necesitaba su apoyo, mi madre me dijo "es que no podemos ayudarte, eso tienes que hacerlo sola"... y por otro lado veo el apoyo que todos le dan a mi prima... es frustrante, me siento realmente desplazada... el sentimiento de envidia se está volviendo tan grande que ya ni siquiera siento deseos de compartir con mi familia, porque finalmente aparece mi prima y todo gira alrededor de ella y su problema, no hay otro tema de conversación.

Siempre me he considerado una persona fuerte emocionalmente... pero a veces necesito tener un soporte... pensé que lo encontraría en mi familia, pero simplemente no fue así... deberé seguir buscándolo... estas vacaciones definitivamente terminan con un gusto amargo.

domingo, 23 de enero de 2011

Todas podemos ser divas ;)


Lo reconozco. Tengo una adicción casi compulsiva por los conciertos. Simplemente son dos horas en las que me voy de fiesta y me olvido del mundo (una vez más, la música hace aparición estelar como una especie de droga para lograr una felicidad momentánea). Comencé a ir el 2008 y desde entonces no paré... creo que mi récord es de 3 conciertos en 1 semana... realmente, si lo pienso fríamente, son prácticamente el único gasto de "entretenimiento" en mi presupuesto... supongo que por eso los disfruto tanto.

Por supuesto, hay artistas y conciertos mejores y peores. Pero hay ciertas artistas que se han destacado muy positivamente y me han sorprendido una enormidad, por lo que he decidido llamarlas "divas": Beyonce, Kylie Minogue y Fergie. Increíblemente, Madonna está muy lejos de mi clasificación.

Claro, creo que todas quisimos ser Madonna algún día, así como muchas niñas de mi generación alguna vez soñamos ser como Britney Spears o Christina Aguilera a fines de los 90 o como muchas niñas de esta generación sueñan ser como Lady Gaga o Miley Cyrus. Entonces, por qué excluirla? Simplemente no me transmitió lo que yo esperaba de ella (tal vez mis expectativas fueron demasiado altas... finalmente, sus canciones siguen llenándonos de ese poder femenino).

Al salir de los conciertos de Beyonce, Kylie y Fergie (en realidad fue un concierto de Black Eyed Peas), no sólo quedé con la sensación de que había disfrutado grandes espectáculos. También me hicieron sentir que todas las mujeres tenemos una gran diva interior que debemos sacar a relucir!

Por supuesto, no me refiero al hecho de que lleguemos a ser ricas y famosas. A diferencia de lo que manifiesta este artículo, olvídense de los lujos y las excentricidades. Ser diva está en el interior, en la actitud. Cuando eso se domina, el exterior se manifiesta sin mucho esfuerzo. Seguridad, confianza, femineidad, inteligencia, opinión... se me ocurren tantos calificativos! La clave está en el autoconocimiento... conocer nuestras fortalezas y potenciarlas, conocer nuestras debilidades e intentar mejorarlas, expresar nuestros sentimientos no por obligación, sino porque lo deseamos... caer y levantarnos con una mayor fortaleza, siempre aprendiendo de los errores... en fin... procurar ser una mejor persona cada día... sin intentar ser perfectas, porque es precisamente la imperfección lo que nos hace únicas y diferentes... no cabe dudas de que eso podrá conducirnos a lo que muchos llaman "plenitud".

Sinceramente, me encantaría invitar a todas las mujeres que pasan por este pequeño rincón personal a intentarlo... a querer ser divas... a sentirnos como divas... cada una sabe en su interior cómo lograrlo... creo que la intención y actitud están en nuestros genes... sólo debemos aprender a desarrollarlas de la manera correcta!

viernes, 21 de enero de 2011

Soñar... a mi manera


Uff... extrañaba escribir! La verdad estos últimos días han sido bastante especiales... he tenido días de bastante reflexión, de tratar de decidir qué hacer con mi vida y de ordenarme un poco. Tuve una de esas conversaciones eternas con mi madre donde traté de hacerle ver que en realidad no soy feliz haciendo lo que hago, pero que tampoco sé lo que quiero para mi vida... sinceramente, no sé si lo entendió...

En general mis padres son del tipo de personas que piensan que se deben hacer las cosas "porque es lo que te tocó vivir" o porque la sociedad y los demás esperan algo de ti y tú debes simplemente cumplir. Yo no soy así. A diferencia de ellos, soy la clase de persona que disfruta de soñar y que cree que con esfuerzo nada es imposible, casi como cliché de película... constantemente lucho por ser más que buena en las cosas que hago, pero no para competir con los demás, sino para demostrarme a mí misma lo que puedo hacer con trabajo duro... aunque debo confesar que más de alguna vez eso me ha significado una sobreexigencia que finalmente me hace explotar de la peor forma... supongo que esos son los momentos en los que toco fondo y no me queda más opción que tratar de salir a flote nuevamente.

Esta semana pensé mucho en mis sueños. Y recordé tantas cosas. Sobre todo los sueños de mi niñez. Pasé por varios oficios y profesiones: bombero, profesora, médico... incluso me planteé la posibilidad de ser monja alguna vez!

Pero a medida que fui creciendo me di cuenta de que mi rumbo era otro. A los 8 años me di cuenta de que una de las cosas que me fascinaba era actuar. Incluso pertenecí a un taller de teatro en la escuela, pero no hacíamos otra cosa que interpretar mimos y terminé retirándome porque yo buscaba otras cosas... buscaba ser distintas personas por algunos momentos, para mí eso era lo máximo.

A los 10 años ya sabía cuál sería mi futuro: quería estudiar producción de televisión. Siempre me fascinaron las comunicaciones, pero no sabía de qué forma canalizar eso, hasta que lo descubrí. Me hacía tanta ilusión estudiar eso en la universidad... incluso los tests vocacionales siempre arrojaban ese resultado. No cabía duda de que era lo mío. Sin embargo, había un pequeño gran problema... los estudios eran carísimos. Yo había conversado con mis padres esa situación en varias ocasiones y ellos en un comienzo me dijeron que no me preocupara, que ellos podrían con el gasto. Pero 3 meses antes de ir a buscar ese sueño, mis padres me dicen que no podrán financiarme los estudios, que habían hecho un mal cálculo y que debería elegir otra carrera (ellos no querían que yo pidiera préstamos o trabajara mientras estudiaba). Por supuesto, yo no estaba preparada para recibir esa noticia y me sentí destrozada... y casi 10 años después, me sigue pesando.

Actualmente sí, puedo decir que soy una comunicadora... y que a través de los idiomas no sólo logro que dos personas logren entenderse, sino que también logro que dos culturas se acerquen... pero no es la forma de comunicar que me llena. Y una vez más debo regresar a mi adolescencia.

Siempre me gustó cantar, y desde pequeña supe que era afinada... pero aproximadamente a los 12 años mi afición por la música creció enormemente... todo el tiempo buscaba información y nuevos artistas, además de buscar canciones que no paraba de escuchar hasta que las aprendía, generalmente en inglés. Supongo que la genética también influye en mi gusto por la música, mi tío fue DJ de radio y discoteques por muchos años y desde pequeña me introdujo en el mundo de la música. Pero sólo en el último año de secundaria me di cuenta de la gran influencia que la música y principalmente el canto tenía en mi vida. Ingresé al coro... mi extrema "falta de personalidad" (ya descubrí que no es timidez, otra gran reflexión que tuve esta semana) hizo que pasara la vergüenza de mi vida al momento de las audiciones, porque sólo solía cantar para mí. Pero para sorpresa de todos (nadie sabía que yo cantaba!), pasé con éxito la audición. En ese año... wow... cada vez que estaba ensayando sentía que el mundo no existía... que los problemas desaparecían... sentía felicidad pura... dar conciertos era lo mejor... definitivamente mi último concierto es el que recuerdo con más cariño... el público nos aplaudió de pie y tuvimos que repetir una canción que cantamos con la garganta muy apretada... finalmente, todos queríamos sólo llorar... fue un momento mágico.

En ese momento me di cuenta de que esa era mi vía de escape. Y así lo es hasta el día de hoy. Cuando canto no existe nada más que la música y yo. En mis momentos más tristes, cantar es lo único que me saca una sonrisa... me relaja... incluso hay una canción de los Jonas Brothers, Play My Music, que describe casi perfecto lo que representa la música en mi vida. Y estoy dispuesta a aprovechar esa vía de escape. Por eso, uno de mis grandes propósitos para este año será ahorrar un poco de dinero para ingresar a una academia de canto el próximo año. Me encantaría estudiar canto profesionalmente, pero si las finanzas no alcanzan, me inclinaré por un curso simple... creo que en mi caso, será la mejor terapia para dejar fluir las emociones y los sentimientos.

Todavía siento que me queda mucha vida por delante... sin embargo, sólo hay una cosa que me haría sentir plena cuando sea el momento de partir... decir que finalmente, las cosas las hice "a mi manera".

viernes, 14 de enero de 2011

Cisne o pato???


Lo asumo, siempre he tenido un gran complejo de patito feo. Pero de patito feo REAL, no ese que se ve en las teleseries y las películas, donde la protagonista es feísima, pero después se hace un par de arreglos, se cambia la forma de vestir y queda convertida en toda una miss (aps, y de paso conquista al galán de turno!)... ojalá fuera así de fácil!

Creo que jamás llegaré al extremo de Nicole Kidman... en primer lugar, porque no tengo tanto dinero para hacerme cirugías plásticas (y porque de corazón, creo que la única cirugía que me haría sería una reducción de busto, pero pasaría por un tema de salud más que estético) y porque en realidad no lo necesito para nada funcional o que sea "de vida o muerte".

Supongo que este complejo lo arrastré desde la adolescencia. Siempre he pensado que aunque todo el mundo diga que no existen mujeres feas, eso no es más que una mera cortesía. Me considero fea, lo asumo como tal y aprendo a vivir con eso. Y aunque podría ser producto de mi imaginación, que las únicas personas que me dicen que soy guapa sean mis padres y mi abuelita es una gran base para pensarlo más en serio y no tan en broma. Que los chicos no me miren en la calle creo que también contribuye a mi teoría de que sí, realmente no soy atractiva (vamos, que los piropos de los viejos verdes no los cuenta ninguna mujer, creo yo!). Y eso por supuesto, influye en mi confianza al momento de sociabilizar con otras personas.

Físicamente, me sobran por lo menos 10 kilos (y además de eso, creo que no tengo características físicas que hagan decir a alguien "WOW!"), creo tener más acné que quinceañera y tengo una madre tan descuidada en su apariencia que jamás me enseñó los rituales femeninos que deberían ser básicos en toda mujer moderna (aprendí a maquillarme sola así que ni siquiera sé si lo hago bien, aprendí de moda y vestuario leyendo revistas, cuando era adolescente no me dejaban depilarme, etc... de hecho, ya tenía más de 20 cuando descubrí que las axilas y el rebaje también se depilaban ¬¬). Socialmente, siempre me sentí rechazada (increíble pero cierto... tenía 40 compañeros en secundaria y no tengo contacto con ninguno de ellos... de la universidad, sólo me quedan 3 amigos) y terminaba haciendo juntas con los típicos rechazados de la clase. Además, soy demasiado tímida y sí, tal vez incluso disfrute excesivamente de mi compañía, porque a veces incluso me quedo sin tema de conversación cuando estoy con otras personas!! En fin, creo que socialmente, o busco siempre grupos en los que no encajo, o simplemente estoy hecha para ser una ermitaña.

Pero por supuesto, me cansé. Será muy difícil cambiar toooodo y creo que necesitaré más de 1 año para eso, pero por algún lugar tendré que comenzar y ese cambio será físico. Supongo que el dicho algo tiene de cierto y que "aunque la mona se vista de seda, mona se queda", pero la verdad, aunque siga siendo mona para el resto, me conformo con no quedar mona para mí... tal vez no podré cambiarme totalmente, pero sí podré quedar "menos peor"... encontré algunos consejillos aquí que me parecen bastante buenos, así que de momento me apunto con un cambio de peinado para la próxima semana... le entregaré mi cabeza a la peluquera... el único requisito es que el corte me permita hacerme una cola de caballo, porque a veces con el calor no me queda otra opción (y eso de usarlo cortísimo me recuerda a mi abuelita, así que no es lo mío, jajaja)... pero bueno, quién sabe? tal vez sin darme cuenta en realidad sólo soy un cisne oculto! ;)




15 de enero: increíblemente, no sé cómo pude dejar pasar esta canción... hoy la escuché y la verdad quedé con la sensación de que dio un pequeño gran impulso a ese cambio que quiero provocar en mí.

martes, 11 de enero de 2011

Menos de 24 horas... y ya te extraño...


Mi hermano y yo siempre hemos tenido una conexión especial. Nos llevamos por 14 años y sinceramente, es lo mejor y lo más hermoso que me ha dado la vida. Desde pequeña siempre quise tener hermanos y antes de que él llegara a mi vida mi mamá había sufrido tres pérdidas (uno de mis recuerdos de infancia son las visitas al hospital después de que mi mamá había perdido los bebés... aunque mis padres nunca lo han sabido, esos momentos sí me marcaron)... simplemente, su llegada fue casi un milagro (aunque supongo que mis padres nunca sabrán que me di cuenta de que estaban planificando bebé porque mi mamá había dejado de tomar la píldora, jajaja).

El día en que él nació, recuerdo que mi madre aún estaba en recuperación y la matrona me pidió que fuera con ella y con la enfermera para ayudarles a pesarlo, medirlo, vacunarlo y vestirlo. Creo que nunca me sentí tan especial y definitivamente, fue una hermosa sorpresa que me hicieran participar de esa manera. En algún momento terminamos de vestirlo con la enfermera y no sé cómo, pero quedamos los dos solos en la salita... y ahí fue cuando mientras lo cargaba, le prometí que lo cuidaría con mi vida, para siempre. Es que simplemente no tiene otra explicación: él se ha convertido en la razón de mi vida, desde ese primer momento.

Y así han transcurrido los últimos casi 13 años. Por motivos de la gran distancia geográfica que nos separa no es mucho el tiempo que pasamos juntos, pero siempre nos aseguramos de que ese tiempo sea de buena calidad. Yo incluso opto por dejar de salir con amigos por disfrutarlo a él, somos buenos amigos y de vez en cuando sí, él es el que me hace volver a mi niñez y eso lo disfrutamos mil. Soy la persona que le da los retos más duros, pero también la persona en la que él puede confiar cuando tiene un problema.

Él siempre ha sido deportista. Su última afición? El tenis de mesa. Es también el deporte que más logros y proyección le ha dado (no sería de extrañarse si en unos años compite en los Juegos Olímpicos, aunque la recomendación no venga de la persona más objetiva... jajajaja). Y con eso comenzaron los viajes.

Creo que hoy sentí lo que siente mi familia cada vez que yo me marcho. Claro, siempre la que se marcha soy yo y los que se quedan son ellos. Ahora fue al revés: el que se marchó fue mi hermano y la que se quedó fui yo. Ni siquiera fui capaz de despedirme por la mañana porque sabía que lloraría como Magdalena, así que me preocupé de dormir hasta muy tarde. Pero ya al mediodía sentía un vacío muy grande. Lo extraño muchísimo... este día definitivamente se me hizo eterno!! Y pensar que vuelve en 10 días más... (aunque viéndolo en positivo, queda un día menos para que regrese)... supongo que eso es lo que sienten los padres cuando los hijos nos marchamos de casa... auch, es feo!!

Contando los días para que regreses...

viernes, 7 de enero de 2011

Renuncio...


Creo que desde que comencé a trabajar, la palabra "renuncio" desapareció de mi vocabulario. Esa libertad de ganar mi propio dinero con mi esfuerzo significaba muchísimo, ya que sinceramente, nunca podía obtener lo que quería, sino siempre "lo que se podía". Pero desde que estoy en crisis económica he debido aprender a priorizar... y hoy debí renunciar a algo que llevaba queriendo por dos largos años, para lo que estaba muy preparada e ilusionada... llevábamos todo este tiempo planificando con mis amigas lo que sería "la gran experiencia de nuestras vidas"... y me tuve que bajar.

Fue muy triste... lloré toda la tarde con gran pena... era un plan que queríamos disfrutar entre amigas y por supuesto, estoy feliz porque ellas tienen todo listo, pero al mismo tiempo siento una impotencia enorme por yo no poder hacerlo. En todo caso, debo decir que las pocas amigas que tengo son las mejores... me ofrecieron hasta el cansancio pagarme las cosas, pero yo no accedí. El problema no es pagar eso ahora, el cupo internacional de la tarjeta de crédito está intacto y habría podido hacerlo sin problemas. El problema es cómo voy a pagarlo después. Claro, ahorros tenía (si llevaba dos años planificando), el punto es que una persona muy cercana a mí me robó esos ahorros hace un poco más de 6 meses... ahí fue cuando mi sueño comenzó a derrumbarse, pero yo no me había dado cuenta sino hasta hoy.

No tengo recuerdo de haber renunciado a algo tan anhelado antes. De verdad, siento que decir "no" me partió el alma y es probablemente una de las decisiones más difíciles que he tomado en la vida. Puede sonar egoísta o ególatra, pero siento que no merezco sentirme así de mal, me merecía divertirme y vivir un momento que sería impagable en mi vida. Sin embargo, algo quiere que yo no esté ahí y que finalmente deba conformarme con las maravillas que me contarán mis amigas después. En este momento sólo quiero pensar en que, si no estaré ahí, será porque me espera algo mejor (al menos me quedo con la ilusión de eso)... lo siento... demasiado triste para seguir escribiendo... las lágrimas me vencieron de nuevo...

jueves, 6 de enero de 2011

El cierre definitivo de un capítulo doloroso

Hoy he decidido dar vuelta una nueva página en mi vida. Hoy he decidido perdonar, pero de corazón. Hace ya más o menos un año me di cuenta de que la pareja con la que ya llevaba 2 años y con la que iba directo al tercer año, me engañaba. Claro, los cuernos ya dolían, jajaja... pero él definitivamente no pudo engañarme, yo fui más lista.

Normalmente soy de reacciones tardías, por lo que al comienzo no me sentí afectada. De hecho, me di el lujo de esperar algunos meses antes de terminar con todo, por una mezcla de sentimientos... era mi primer novio y si bien, ahora puedo admitir con toda tranquilidad que aunque lo quise nunca estuve enamorada, tampoco quería darle corte a todo sin tener una prueba que él no pudiera refutar. Por supuesto, sabía que él lo negaría por todos los medios... salvo que yo encontrara algo a lo que no pudiera decir que no... y así fue.

Pero por supuesto, una vez que terminó la relación pasé por distintas etapas que quise representar con canciones... por algún motivo siempre he sentido que hay canciones que marcan mi vida y que aparecen en el momento preciso, y esta no fue la excepción. Mi primera reacción fue de paz, de haberme sacado un peso de encima, pero al mismo tiempo manteniendo una actitud "madura", sobre todo porque habíamos terminado como amigos:



Luego surgieron algunos problemas y pasé por una etapa en que me quiso de segundo plato, a lo que mia ctitud fue la de "y a mí qué? sigo siendo genial y tú no eres nada! Al diablo!":



Y finalmente, después de enterarme de muchísimas cosas que terminaron por abrumarme (sí, muchos meses después de terminar la relación seguía enterándome de cosas por mera casualidad), simplemente LO ODIÉ y le deseé lo peor!:


(la original de The All American Rejects (video) también me encanta, pero para la situación opté por una voz femenina, jajaja)


Debo reconocer que la última canción es por lejos la que me permitió desahogarme más y la que en el fondo, me devolvió la sonrisa al rostro. Pero hoy quiero ya cerrar ese capítulo tan feo de mi vida. Y aunque todas esas canciones llegaron de casualidad a mi vida, hoy me permití buscar una canción que significara el término definitivo de esta etapa... para perdonar y definitivamente seguir adelante sin mirar atrás... y como en muchas situaciones en mi vida, ellos me dieron la respuesta:



Definitivamente... una carga menos en mi camino!!

PD: Me habría encantado poner todos los videos en HD, pero se veían enormes! Y me declaro nula en esto de los blogs, no supe cómo poder achicar los videos... lo siento! :(

miércoles, 5 de enero de 2011

Qué color me aplico hoy?

Siempre envidié las uñas de mi abuela. Desde que tengo uso de razón la recuerdo con sus uñas largas y pintadas hermosamente con esmaltes en tonalidades rojas. Casi como de comercial de TV.

Pero yo... mmm... dejo bastante que desear. Comencé a comerme las uñas cuando estaba en el liceo, ya no recuerdo ni siquiera por qué. Supongo que debe haber sido de nervios normales de la adolescencia. Cuando entré a la universidad seguí con mi súper hábito, pero ahí logré darme cuenta de varias cosas. Una de ellas fue que sólo me comía las uñas entre marzo y diciembre. En las vacaciones ni siquiera me acordaba! También me di cuenta de que muchas veces me pillaba comiéndome las uñas por flojera y ocio! Mi mal hábito había llegado a tal punto que a veces usaba el hábito como excusa, diciendo que tenía las uñas muy largas, que debía cortarlas y que no tenía un cortaúñas cerca (pfff...).

Lo probé todo... desde ají en los dedos, hasta distraerme con otras actividades y por supuesto colocarme esos tratamientos en esmalte que tienen "mal sabor" (y lo coloco entre comillas porque nunca tuvieron mal sabor para mí)... pero nada (a todo esto, buscando soluciones en Internet descubrí que la afección se llama Onicofagia... todos los días se aprende algo nuevo).

Ahora de adulta me doy cuenta de que adquirí otra costumbre... puedo dejar crecer mis uñas sin problemas hasta cierto punto... pero no puedo evitar comerme los dedos pulgares!! Normalmente tengo un dedo "de turno" que no logro dejar en paz hasta que ya los dolores en el dedo me hacen detenerme.

Finalmente, creo que di con la solución. No sé si será la única, pero sí es la que más me acomoda. Me di cuenta de que el único momento en que no me como las uñas es cuando me las pinto. Por algún motivo ver que podría arruinarse el esmalte de uñas me hace desistir de atentar contra ellas. No planeo hacerme manicure ni nada por el estilo... simplemente pintarlas una vez por semana... y para comenzar, creo que optaré por el negro... quiero dejar mis uñas completamente ocultas para llevarme una sorpresa la próxima semana y ver que ha valido la pena.

Sé que no puedo optar a tener las largas uñas de mi abuela porque me molestarían mucho en mi trabajo... pero sí sé que estoy a tiempo de rescatarlas de todas las masacres que han sufrido en los últimos 15 años y hacer que finalmente luzcan todo lo bellas que siempre debieron haber lucido.

martes, 4 de enero de 2011

Aleteando para no ahogarme...

Pff... hoy iba a comentar lo que había sido este hermoso fin de semana junto a mi familia, lleno de fantásticos recuerdos de niñez y de lo importante que es conservar el espíritu infantil para poder salir adelante en la vida... pero esta tarde, cuatro sencillas palabras me trajeron de golpe a la realidad. Supongo que es una de las frases más temidas por quienes debemos trabajar para subsistir: "No te puedo pagar".

Una de mis resoluciones para este año es terminar con las deudas, o bien dejarlas en el mínimo y quedar sólo con una tarjeta comercial (que usamos en conjunto con mi familia, así que mis gastos son controlados por mi padre). Increíblemente, mis deudas no son por comprar artículos carísimos en casas comerciales ni por préstamos que no haya podido pagar. Mis deudas son simplemente porque trabajo de manera independiente y hay meses en los que no recibo ingresos. Y claro, cuando los recibo, normalmente debo cubrir los pagos de dos meses (y a veces más) y el dinero se me va como si nunca hubiera pasado por mis manos. Capacidad de ahorro? prácticamente nula. Me encantaría, pero simplemente no puedo darme ese lujo. Tuve que incluso dejar de ahorrar para mi jubilación y en más de alguna ocasión he debido elegir entre pagar mi seguro de salud y comer (porque al sacar mi promedio de ingresos anuales, tampoco soy idónea para un plan gratuito del Estado). Y así voy sumando situaciones.

Definitivamente, el cartón de "profesional" no te asegura que vayas a recibir un sueldo muchísimo mayor al mínimo (sin desmerecer a quienes lo reciben por supuesto, todo ingreso es bienvenido). Muchas veces eso me ha hecho pensar si valió la pena realmente quemarme las pestañas estudiando, ser una buena alumna toda la vida... y se me vino a la mente una frase muy sabia que vi en el facebook de un ex compañero de la escuela: "fuimos porros, pero somos felices". Qué razón tiene!!

Pero bueno... no puedo estarme lamentando de por vida, así que decidí buscar algo de información para poder salir del hoyo en el que estoy cuando tenga el dinero para comenzar a andar. Estoy buscando formas para comenzar a pagar las deudas, pero no deja de ser complicado, sobre todo por el lado de las reducciones, porque no sé qué reducir: sólo compro ropa cuando necesito, no bebo, no fumo, no tengo automóvil, no tengo préstamos ni lujos en casa (de hecho, ni siquiera tengo TV con control remoto, jajaja), no pago televisión por cable, mi móvil es de prepago, mis salidas nocturnas o a comer son mínimas (en promedio unas 6 veces por año) y así. Tal vez pueda ahorrar en la locomoción. En general camino mucho y casi no uso la locomoción porque me sale carísima, pero desde ahora procuraré organizar mejor mis tiempos para reducir su uso al mínimo (lugares donde tarde más de dos horas caminando... lo he hecho, así que no es tan terrible) y cargaré la tarjeta con cierto monto mensual (haré un cálculo y lo determinaré)... de ahí no puedo pasarme. Creo que también dejaré de comprar música por un tiempo... es mi único y gran pasatiempo... me dolerá porque es el único "capricho" que me doy con mi dinero, pero sé que valdrá la pena.

Todos los artículos coinciden en crear un "fondo de emergencia", por lo que apenas reciba ingresos, pondré en marcha un plan de ahorro. No sé de dónde sacaré el dinero, pero si eso me ayudará buscaré la forma de hacerlo. Eso sí, el dinero no lo tendré yo, lo tendrá otra persona por mí... de otro modo, sé que lo gastaré. También hablan del efecto "bola de nieve" para pagar las deudas... ir de la más pequeña a la más grande... definitivamente lo pondré en práctica, no sé de qué manera, pero ahí estará... espero a mitad de año haber terminado al menos con una parte importante de mis deudas.

Supongo que algún día le encontraré el sentido a trabajar más de lo que la gente normal trabaja. Supongo que algún día recibiré mis recompensas por el esfuerzo. Mientras tanto, debo conformarme con trabajar en lo que estudié (que no me gusta, pero una vez más... por dinero sólo tuve para elegir "esto o nada") y tratar de salir a flote... todavía no encuentro muchas respuestas... espero tenerlas en estos 12 meses...

PD: De todos los artículos que leí, definitivamente me quedo con éste: Cómo salir de deudas

sábado, 1 de enero de 2011

Un nuevo año ha llegado... por fin!!


Y llegó el 2011... pareciera que por un momento el tiempo hizo que tuviéramos un borrón y cuenta nueva... mágicamente, los problemas comenzaron a solucionarse... o bien, cambiaron de rumbo y pasaron a ser algo más... cómo explicarlo... mmm... pasaron de ser inciertos a ser problemas con una explicación palpable... la gente se ve feliz, despidiendo un año que en general pareció ser una mierda, pero del que pudimos sacar grandes lecciones...

Por qué hacer un borrón y cuenta nueva?? Sí, el 2010 definitivamente fue un año para el olvido... puedo decir con total certeza que hasta lo más inimaginable me ocurrió... necesito empezar de nuevo... crecer espiritualmente, plantearme metas... siento que en estos 27 años no he hecho lo que yo he querido para mi vida, sino sólo lo que los demás me piden que haga o lo que al resto hace feliz... y yo?? eso definitivamente tiene que cambiar... basta de una vida triste... llegó la hora de buscar y elegir MI camino... y simplemente, ser feliz...

Nunca creí mucho en eso de las resoluciones de Año Nuevo, pero este año les daré una oportunidad... si cumplo una, seré feliz y sabré que valió la pena planteármelas. Hay de todo, desde dejar de comerme las uñas y perder los kilos que me sobran, hasta trazar un bosquejo de posible microempresa (la meta a largo plazo que pretendo concretar en un 100% al cumplir los 30). Todo vale, todo sirve. La clave para lograrlas? No la sé realmente, sin embargo tengo 12 meses para descubrirla y desarrollarla. :)

A hacer de estos 365 días los primeros días del resto de mi vida!